Los milenarios baobabs africanos, uno de los símbolos del continente, están muriendo. El 94% de especies de lémur, al que dedicamos una entrada en este mismo blog hace unos meses, se encuentran en grave peligro de extinción. Cocodrilos, águilas y muchos otros animales ─la mayoría de ellos endémicos de la isla─ podrían correr la misma suerte en los próximos años. Esta es la situación actual de Madagascar, un auténtico paraíso de bosques frondosos, fauna única y playas cristalinas que podría desaparecer si no se actúa.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Solo hay tres islas en el mundo (Groenlandia, Nueva Guinea y Borneo) con una superficie mayor a la de Madagascar. Colonizada primero por los indonesios, y más tarde, por árabes, persas y europeos, la isla estuvo finalmente bajo dominio francés desde 1895. Tras diversos intentos independentistas, finalmente en 1960 consiguieron la proclamación de la República de Madagascar.
El país ha pasado diversos periodos de inestabilidad política y económica en las últimas décadas. Estas crisis han dejado huella en el patrimonio natural malgache, llevando a la desforestación de los bosques, a un aumento de la caza furtiva y al descuido de las políticas proteccionistas. Son muchas las organizaciones que han alertado sobre esta situación desde ONG hasta gobiernos y la industria turística.

Madagascar, un país megadiverso
Madagascar forma parte de la organización independiente «Países Megadiversos Afines«, siendo reconocido como uno de los territorios con mayor diversidad biológica del planeta. Su aislamiento respecto a cualquier otro país ha hecho que en él se desarrollen un buen número de especies endémicas ─únicas─ de gran valor natural.
Los lémures son los más famosos, pero hay más: la fosa ─similar a una pantera─, la mitad de especies de camaleones conocidas, diversos tipos de tortuga y hasta cinco familias de aves habitan en esta isla y no pueden ser encontradas en ningún otro punto del mundo. El pájaro elefante, considerada el ave más pesada del mundo, también habitó en Madagascar hasta su extinción en el siglo XVII.
Precisamente todos estos animales son uno de los principales atractivos turísticos de la isla, junto a sus playas, sus bosques y sus buenas temperaturas durante todo el año. Desde Rhino Africa creemos que el turismo ─y los ingresos derivados de ello─ puede ayudar a dar visibilidad a algunos de estos problemas y proporcionar a Madagascar una alternativa sostenible.


Visitando Madagascar
El turismo en Madagascar todavía no está tan asentado como en otras islas del océano Índico. A pesar de ello, la isla ofrece suficientes atractivos como para hacerle frente a cualquier otro destino vacacional no solo de África, sino del mundo. Su capital, Antananarivo, se ubica en el centro de la isla y se alza como el lugar ideal desde el que descubrir todos sus encantos.

El considerable tamaño de Madagascar ─ligeramente superior al de la península ibérica─ hace que guarde un gran número de atracciones naturales Al este de la capital se encuentra el Parque Nacional Andasibe-Mantadia y la isla de los lémures; mientras que al oeste podrás encontrar la famosa «Avenida de los Baobabs«. Al sur se ubican diversas reservas naturales repletas de vida salvaje; y la parte norte del país es la más turística: es allí donde se localiza el archipiélago de Nosy Be, un auténtico puzzle de bellas islas, playas de arena blanca y arrecifes de coral.

Las diferentes opciones de alojamiento ofrecen una gran diversidad de actividades, incluyendo deportes acuáticos como snorkel, surf, submarinismo o kayak; excursiones tanto por tierra o por mar para conocer a las distintas especies animales y vegetales del país; y una notable variedad de bares, restaurantes y servicios de spa. Nuestros consultores de viaje han visitado la isla y serán tu mejor referencia a la hora de recomendarte dónde ir, qué hacer y cómo moverse en ella.

Apoyando el turismo responsable
En Rhino Africa practicamos un turismo responsable y consciente, buscando siempre tener el máximo impacto positivo posible en el continente africano. Por eso trabajamos con lodges, hoteles y campamentos que tienen la misma filosofía; colaboramos con diversas asociaciones que trabajan en la protección de la flora y fauna en peligro de extinción; y llevamos a cabo distintas actividades de concienciación a lo largo del año.
Es nuestro deber preservar la tierra tal y como la conocemos, proteger su vida salvaje y sensibilizar al resto del mundo de la importancia de este trabajo. Solo así lograremos crear un mejor África para el día de mañana.
muchas gracias por la info , muy interesante